Resumen

Las instituciones educativas están adaptando sus enfoques pedagógicos para responder a las demandas del mundo actual y garantizar un proceso de ensen~anza-aprendizaje efectivo. Su objetivo es formar graduados competentes, preparados para aplicar sus conocimientos en los desafíos que enfrentarán en sus trayectorias profesionales. En este contexto, en Argentina, el proceso de acreditación de carreras universitarias esta´ evolucionando hacia la adopción del modelo de competencias como una estrategia pedagógica válida. Este enfoque destaca la importancia de centrar el proceso educativo en el estudiante y su capacidad para desarrollar y demostrar competencias relevantes para su campo de estudio. La implementacio´n de un modelo basado en competencias se ve respaldada por el uso de ru´bricas, herramientas fundamentales que facilitan la evaluacio´n de habilidades complejas y subjetivas, ofreciendo criterios claros para la retroalimentacio´n. Este enfoque no solo promueve la adquisicio´n de conocimientos, sino tambie´n el desarrollo de habilidades pra´cticas y la capacidad de aplicarlas de manera efectiva en situaciones reales. Todo esto se enmarca en un alineamiento constructivo que explicita la relacio´n entre la competencia, su desarrollo y su evaluacio´n. Paralelamente, la creciente influencia de la Inteligencia Artificial (IA) en la educacio´n plantea tanto desafi´os como oportunidades para estudiantes y docentes. La IA esta´ transformando la educacio´n y, en este contexto, el aprendizaje se concibe como una reorganizacio´n de las estructuras cognitivas, lo que exige distinguir entre el proceso y el producto del aprendizaje. Mientras que el proceso abarca las actividades mentales que conducen a un aprendizaje significativo, el producto se refleja en los resultados observables producidos por los estudiantes. Antes de la irrupcio´n de las Tecnologi´as de la Informacio´n y las Comunicaciones (TIC), se asumi´a una correlacio´n directa entre los productos observables y el aprendizaje del estudiante. Sin embargo, el auge de las TIC, potenciadas por la IA, ha desafiado esta lo´gica, ya que la generacio´n automa´tica de productos reduce su valor como indicador del aprendizaje real. Esto representa un obsta´culo significativo para el Aprendizaje Centrado en el Estudiante (ACE), ya que el uso indiscriminado de la IA puede limitar el desarrollo de habilidades cognitivas. No obstante, en el otro extremo de la relacio´n docente-estudiante, la IA abre un abanico de posibilidades para los docentes y emerge como un aliado estrate´gico en el disen~o y desarrollo de actividades que tradicionalmente requieren un gran esfuerzo y tiempo. La integracio´n de la IA en el modelo basado en competencias permite optimizar metodologi´as de ensen~anza, mejorar las estrategias de evaluacio´n y, en u´ltima instancia, elevar la calidad del proceso de aprendizaje. Este escenario en evolucio´n demanda un enfoque equilibrado, que aproveche el potencial de la IA sin comprometer el desarrollo de competencias esenciales en los estudiantes.